martes, 19 de enero de 2010

"SOY HAITIANO"




De vez en cuando el mundo se viste de tragedia.
Y una vez más se les ha tocado a los más desfavorecidos, los llenos de carencias, los menos agraciados en esta repartición mundial de la que formamos parte. Hoy lloro por Haití, por las ruinas en las que ha quedado este país rumboso, deudor, pobre. La tierra se atrevió a crujir justo donde más árida es dejando un batallón de muertos, de padres sin familias, de niños huérfanos, de lágrimas y sangre que llegan hasta aquí, al otro lado de la hecatombe, donde también ruge la tierra viendo el desamparo y el caos con el que los haitianos han tropezado hace ya una semana.
Hace pocas semanas comenzó un nuevo año al que (como en los anteriores) les hemos pedido deseos y propósitos. Yo, desde esta columna mía, he sumado un deseo más a mi listado y esta mañana he hecho una donación para ese pueblo caribeño que hoy lo necesita más que nunca, con el único objetivo de sentirme realmente solidario donando un poco de lo poco que tengo y empezar este 2010 con una sonrisa en la cara (manchada de tristeza), sabiendo que con nada puedo hacer mucho por los que verdaderamente lo necesitan ya que tenemos la suerte de habitar la parte del mundo donde los cataclismos, el hambre y el subdesarrollo se han ido de paseo.
Me consta que este fatídico terremoto ha conmocionado a muchas personas, países, personalidades de la “yet set” y gente de a pie; como también sé que muchos ya han hecho su aportación para entregarle un sorbo de vida a ese país negro, hoy más oscuro, con olor a ceniza y con una gran cicatriz en forma de catástrofe. Nos hemos descubierto solidarios. Y eso me halaga, hace que la calamidad del desastre sea menos cruel. No podemos borrar el drama de sus calles, su olor a muerte, sus fosas comunes porque es la dura realidad con la que nos hemos encontrado todos pero estoy seguro que poniendo un granito de arena con el tiempo (somos muchos) podríamos devolverle al menos un minúsculo intento de sonrisa a los haitianos que hoy naufragan en un mar de lágrimas y escombros por los que se han ido, por lo que se ha borrado de golpe hace una semana, y sin avisar
.Quizás me toca bien fondo este desastre porque mi Cuba y Haití son vecinas. Aunque este lado del charco me haya acogido desde hace años lo importante es que compartimos la misma tierra y es razón más que suficiente para cuidarla, amarla y protegerla Y cuando algo cruje allí, algo se rompe por aquí. Somos la tierra y para que florezca y tengamos buenos frutos tenemos que abonarla.
Hoy soy haitiano. Y sé que no estoy sólo. El mundo está cambiando (aunque contra los infortunios de la madre naturaleza casi nada podemos hacer, o sí) y ojalá, con el tiempo esta herida sane gracias a nuestro esfuerzo, a nuestro meterse en la piel del otro, a nuestra humanidad. Ojalá llegue ese día en que los telediarios no sean la antesala de unas lágrimas que corren por la cara cada vez que se hable de Haití, de catástrofes, de un mundo catastrófico.
Yo, desde luego, ya he hecho mi aportación en la medida de mis posibilidades. Cosa que deberíamos hacer todos.
Somos muchos y la tierra es una.



Pd: Se ha creado un grupo en facebook del que ya soy fan: ¿DÓNDE ESTÁ EL AVIÓN DEL VATICANO PARA HAITÍ?
Ahi lo dejo...


JAVIER BRAVO.
Barcelona, 18 de enero de 2010.

1 comentario:

  1. BRAVO.... CON DOS LAGRIMAS DESLIZANDOSE POR LA COMISURA DE MIS LABIOS, TE DIGO QUÉ MUCHOS COMO TÚ SON NECESARIOS. CONTRA LA NATURALEZA NADA SE PUEDE HACER, PERO AYUDANDO A LOS DESFAVORECIDOS, TODO DE NUEVO PUEDE CRECER.
    ME HARÉ FAN DE ESA PÁGINA Y DONARÉ UNOS EUROS (pocos), PUES MI SITUACIÓN NO ES BUENA Q DIGAMOS, PERO SÉ Q MENOS ES MÁS. ASÍ Q X MENOS Q SE TENGA, SIEMPRE ALGO SE PUEDE DAR... UN BESAZO!
    YO, SOY HAITIANO!!! JESÚS CALVO AGRA.

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